La Casa Blanca enfrentó una crisis en octubre de 2022, que no fue reconocida públicamente en ese momento. El presidente Joe Biden estaba en una reunión en propiedad del empresario James Murdoch, rodeado de demócratas liberales de Nueva York para hablar sobre la agenda gubernamental.
Sin embargo, las interceptaciones de comunicaciones altamente clasificadas indicaban que las amenazas del autócrata Vladimir Putin de usar armas nucleares contra Ucrania se habían convertido en un plan en proceso.
El tono preocupante de Biden reveló la gravedad de la situación, ya que estaba hablando sobre el primer uso de armas nucleares en tiempos de guerra desde Hiroshima y Nagasaki. Aunque no había evidencia de movimientos de armas nucleares, las conversaciones interceptadas mostraban una posible preparación por parte de las fuerzas rusas para su uso.
La CIA advirtió que el aumento de las tensiones en Crimea, una línea roja para Moscú, aumentaba las posibilidades de un uso nuclear. Aunque era difícil evaluar la precisión de estas estimaciones, nadie podría ignorarlas, y Biden se enfrentaba a una situación potencialmente aterradora.
Durante una cena en su cuartel oficial, el general Mark A. Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, advirtió al periodista sobre la paradoja nuclear que enfrentaba Ucrania. Según Milley, cuanto más éxito tuvieran los ucranianos en derrocar la invasión rusa, mayor sería la probabilidad de que Putin recurriera al uso de armas nucleares.
Esta historia, reconstruida a través de entrevistas con funcionarios, diplomáticos y líderes militares, revela la profundidad de la crisis vivida en aquellos días de octubre. Tanto la Casa Blanca como el Pentágono estaban preocupados y se prepararon intensamente para una posible reacción de Estados Unidos.
Biden, en particular, expresó su convicción de que Putin era capaz de utilizar armas nucleares tácticas. Aunque la situación en el campo de batalla ha cambiado desde entonces, con Ucrania alcanzando su punto más alto en octubre de 2022, Putin ha lanzado nuevas amenazas nucleares recientemente.
Durante un evento en Moscú, advirtió a los países de la OTAN que cualquier ayuda a Ucrania en un ataque a territorio ruso o el envío de tropas podría desencadenar un conflicto con armas nucleares y la destrucción de la civilización. El párrafo menciona que Putin hacía referencia a los misiles de mediano alcance o intercontinentales, pero el susto en 2022 involucró armas nucleares tácticas, más pequeñas y diseñadas para dañar una unidad militar o una pequeña área de la ciudad.
La preocupación de la Casa Blanca era tan grande que se organizaron grupos de trabajo para evaluar la respuesta. Se sabía que la contramedida de Estados Unidos tendría que ser no nuclear, pero tendría que ser dramática, como un posible ataque convencional contra las unidades que habían lanzado las armas nucleares.
Algunos creían que las advertencias de Rusia sobre una “bomba sucia” eran un pretexto para un ataque nuclear preventivo. Los juegos de guerra en el Pentágono y en think tanks de Washington imaginaban diferentes escenarios en los que Putin podría usar un arma de este tipo. Para prevenir el uso nuclear, se realizaron llamadas entre los líderes de Estados Unidos y Rusia.
