Asistir a dictar clases todos los días en las zona rurales del distrito de Llata, en la Provincia de Huamalíes, es un verdadero desafío para los maestros, porque las sorpresivas lluvias, los derrumbes o el sofocante calor, son compañeros permanentes en ese trajinar a pie, por carreteras y caminos llenos de piedras y fangos, gracias al olvido permanente de los gobiernos locales y regionales.
Llata, tal parece que es una ciudad olvidada, como que no existiera para el Gobierno Regional de Huánuco, que preside el inepto gobernador”Toño Pulgar” Lucas, cuyos funcionarios del GOREHCO, de la Dirección Regional de Educación, ni el propio gobernador, nunca llegan a estos alejados lugares, salvo en épocas electorales; y, por eso no conocen las peripecias que deben afrontar los valientes maestros para cumplir su sagrada misión educativa a los niños, futuros de la nación.
Hay que imaginar si no es posible ver, como sufren nuestros maestros y estudiantes, en su travesía a pie, para llegar a sus centros educativos, impartir educación y aprender las enseñanzas. Ellos son los verdaderos héroes que, con el cumplimiento de sus funciones, cada uno forja el destino de la patria chica: el hogar; y, de la patria grande: la nación.
Imagínese don “Toño Pulgar” Lucas, cuan difícil es caminar sobre los barrales cuando llueve, o sobre las piedras y guijarros, cuando el sol es implacable. No es igual transportarse en la ciudad en camionetas con combustibles pagados por el Estado, que caminar a pié, con zapatos que no resistirán el año lectivo; y, en el caso de los estudiantes, que caminan descalzos o con “llanquis” hechos de llantas de carros, reciclados. No señor “Toño Pulgar”, no es igual.
Póngase una mano al pecho y la otra en algún otro lugar. Preocúpese, trabaje: mejore los centros educativos, mejore los caminos y carreteras vecinales, implemente adecuadamente las instituciones educativas existentes, que carecen de mobiliario, que no tienen instalaciones sanitarias, ni luz eléctrica, que no reciben los desayunos y meriendas que el Estado presupuesta anualmente. Haga obras de desarrollo sin sobrevaluaciones, ni adendas constantes en los expedientes técnicos. Acuérdese de la recomendación que le dio del Padre Juan: “No te quiero ver preso en Potracancha.”
Piense Ud. que, no solamente afrontan las dificultades en la travesía durante horas de camino a pie, porque por aquí, no hay ni motocars, ni colectivos. La carretera y los caminos no sirven para el tránsito de vehículos de ninguna clase. Piense en que además de todo ello, afrontan los peligros de ser arrastrados y sepultados por sorpresivos “huaycos” de la época invernal. Entonces, aflora el ingenio y la aventura de profesores y estudiantes, para sortear esas dificultades y llegar a pie a su centro educativo.
Pero el problema no es solamente el camino peligroso, sino que, cuando lleguen a la escuelita o centro educativo, se encuentran diariamente con aulas vetustas, sostenidas por palos, con techos de calamina que no impiden el ingreso de las aguas pluviales por su mal estado; sin mobiliarios adecuados, sin instalaciones de luz, agua potable ni desagues. Niños que llegan a su centro de estudios, mal alimentados y harapientos, porque no hay trabajo y tampoco hay dinero para comprarles uniformes nuevos y darles nutritivos desayunos, ni pueden llevar loncheras para una merienda de medio día. ¡Que desgracia! que las autoridades educativas de Huánuco y del gobierno regional, se hayan olvidado que Llata, también existe y es parte de la gran Región Huánuco.
Pero esto no es solamente un problema de Llata; esto es un problema de muchísimas alejadas comunidades de la serranía y de la selva de la gran Región Huánuco. Ser gobernador de una región, jamás será igual haber sido alcalde de una municipalidad distrital. En eso debió pensar señor “Toño Pulgar” Lucas, antes de postular y llegar al cargo de gobernador. Si el “tamaño” de la responsabilidad le queda “muy grande”, renuncie y dedíquese a lo que sabe hacer, en otro lugar.
