ESTADOS UNIDOS: Ex-diplomático estadounidense se declara culpable de espiar para Cuba
El acuerdo con la justicia
Víctor Manuel Rocha, un ex-diplomático estadounidense que sirvió como embajador en Argentina y Bolivia, entre otros destinos, dijo este jueves que llegó a un arreglo y se declarará culpable en Miami de espiar para el gobierno cubano y defraudar al gobierno estadounidense. Rocha, de 73 años, le dijo a una jueza federal de Miami que admitiría cargos federales de conspiración para actuar como agente de un gobierno extranjero, delitos que podrían llevarlo tras las rejas durante varios años.
Su abogado defensor indicó que los fiscales han acordado una sentencia, pero no se sabe aún cuántos años le aplicarán. Todo se develará en una sesión de la corte el 12 de abril. “Estoy en un acuerdo”, dijo Rocha a la jueza Beth Bloom. Hace apenas unas semanas, Rocha se había declarado inocente. Pero ahora dijo que admitirá los cargos, en uno de los casos de mayor magnitud de engaño a la diplomacia y los servicios secretos estadounidenses.
No se ha revelado si el acuerdo incluye que el conspirador revele alguno de los secretos del régimen cubano o coopere con las autoridades en otras investigaciones. Tampoco se ha informado si el acuerdo afectará a su esposa, Karla Wittkop Rocha, quien también está bajo sospecha de haber colaborado con el espionaje.
La carrera de espía
El ex diplomático pasó décadas en el Departamento de Estado de Estados Unidos y sirvió en Buenos Aires entre 1997 y 2000 como el máximo representante de Estados Unidos en el país, ya que la embajada no tenía un enviado oficial, aunque su título era Encargado de Negocios. Luego fue como embajador a Bolivia entre 2000 y 2002 y años más tarde dejó la diplomacia para dedicarse a negocios privados.
Según la acusación, Rocha comenzó a trabajar como agente encubierto de la Dirección General de Inteligencia de Cuba en 1981, cuando era estudiante de la Universidad de Georgetown. Desde entonces, mantuvo contactos secretos con sus manejadores cubanos, a quienes les proporcionó información sensible sobre la política exterior de Estados Unidos, especialmente sobre América Latina.
Rocha tenía autorizaciones de seguridad de alto nivel, lo que le daba acceso a información ultrasecreta. Antes de desembarcar en la Argentina y Bolivia, Rocha había sido número dos de la embajada de EE.UU. en Cuba entre 1996 y 1997, donde pudo conocer de primera mano los planes y operaciones de la inteligencia cubana.
Rocha fue descubierto por el FBI, que inició una investigación encubierta en 2020, luego de recibir una pista de un informante. Un agente se hizo pasar por un espía cubano y se reunió con Rocha en varias ocasiones, grabando sus conversaciones. En esas reuniones, Rocha admitió haber trabajado para Cuba durante 40 años, elogió al fallecido líder cubano Fidel Castro como “comandante” y llamó a EE.UU. «el enemigo».
Las reacciones y consecuencias
La detención de Rocha causó conmoción en el mundo diplomático y político de Estados Unidos, que calificó el caso como una de las infiltraciones más graves y duraderas de un agente extranjero en el gobierno estadounidense. El fiscal general, Merrick Garland, dijo que Rocha traicionó la confianza pública y prometió que el Departamento de Justicia actuaría con toda su fuerza contra este tipo de delitos.
La Ley de Registro de Agentes Extranjeros requiere que aquellos que trabajan bajo el control de gobiernos extranjeros notifiquen a la oficina del Fiscal General de los Estados Unidos. Rocha también enfrenta cargos de hacer declaraciones falsas para obtener y usar un pasaporte estadounidense. Según la denuncia, Rocha ocultó su doble nacionalidad colombiana y estadounidense, y usó un pasaporte colombiano para viajar a Cuba y otros países.
Rocha permanece detenido en una prisión federal pero no está quieto. Según trascendió días atrás, el ex diplomático transfirió el título de propiedad de cuatro departamentos de lujo en un condominio en el centro de Miami, valuados en 4 millones de dólares, que quedaron ahora en su totalidad en manos de su esposa. Se desconoce si esta acción tiene alguna relación con el acuerdo de culpabilidad o si busca proteger sus bienes de posibles embargos.