«EL PAPARAZZI DEL REGIONAL»
MI CRÓNICA PARA TI
Por Katherine Mariano Aguirre
Ante todo, quiero agradecer a Dios por este y todos los días, que me llena de bendiciones y agradables sorpresas. Quien les habla es vuestra amiga Karen Katherine Mariano Aguirre; tengo 20 años de edad. Nací en San Alejandro; soy una mixtura de huanuqueña y «charapa», así nos a las personas de la selva.
Terminé la Secundaria en la ciudad de Huánuco, que la culminé con mucha perseverancia en mi aprendizaje. Actualmente estoy estudiando el tercer semestre de Derecho y Ciencias Políticas en la «Universidad de Huánuco.»
Aún recuerdo la fecha cuando postulé a mi alma mater. Sucede que, cursaba el primer siclo de mi carrera, cuando mi señor padre fue detenido. Pronto lo trasladarían a una celda; sin duda, fue la escena más penosa de mi vida, que me dio valor de seguir esforzándome hasta terminar lo que empecé. Recuerdo que con mi señora madre, buscamos un abogado para la defensa de mi padre. Cada uno tenía una diferente manera de explicarnos el problema jurídico.
Uno de aquellos abogados que consultamos, aplicaba las leyes y nos explicaba cómo se llevaría acabo el proceso, mientras que otro, todo lo veía soborno, dinero; sostenía que era de Lima y que el caso se resolvía así. Ahora lo defino a ese personaje como un charlatán, que logró ganarse la confianza de mi familia, con el compromiso de sacar libre a mi padre. Al final no pudo y entonces inventó excusas y devolvió el dinero que le pagamos.
Aquí quiero hacer un paréntesis y les digo: el lugar de donde vienes, no es lo que define; la persona que presume, en realidad no es lo que dice ser. En Estados Unidos a Rudy Giuliani le quitaron el título por decir mentiras. Pero aquí, en nuestra patria, cualquier persona que dice ser abogado, habla barbaridades, promete imposibles y luego no hace nada bueno al respecto.
A esas personas, les queda muy grande el título y denigran a esta importante y prestigiosa carrera. Entonces los justiciables a las que queremos asesorar o defender, desconfían de nosotros, porque piensan que todos los abogados somos iguales.
Termino diciendo, soy la arquitecta de mi futuro, ser justo está en la línea que me he trazado. Sólo el tiempo me ayudará, a ser con todas las cualidades positivas con las que nací y que ahora estoy estudiando. Me da fuerzas y entereza este mi pensamiento: «Si nunca olvidas la razón por la que empezaste, perseverarás». Mi padre es una razón por la que perseveraré.
