Las últimas declaraciones proporcionadas al Ministerio Público por Jaime Villanueva, ex-asesor de la suspendida fiscal de la nación Patricia Benavides, tienen que ser tomadas con “pinzas”, es decir, con sumo cuidado por las autoridades fiscales, porque resulta muy curioso que, al inicio de sus confesiones sinceras, no dijo nada de lo que ahora manifiesta ¿Por qué?. Esto nos lleva al beneficio de la duda razonable sobre lo que viene manifestando.
Las afirmaciones vertidas en estas declaraciones recientes, sospechosamente involucran al periodista Gustavo Gorriti, quien para efectos de la “notitia críminis” proporcionó los resultados de las investigaciones periodísticas contra la señora “K”, Keiko Sofía Igushi Fujimori. Eso es absolutamente aceptable; todos los grandes destapes en nuestro país y el extranjero, como el caso Water Gate de Estados Unidos, han tenido su fuente principal en las investigaciones periodísticas, sin que pudiera considerarse que fuera un delito hacerlo.
A renglón seguido, Villanueva compromete en forma enredada, cuasi improvisada, a los fiscales José Domingo Pérez y Rafael Vela, el primero encargado de la investigación de la organización criminal encabezada por Keiko Fujimori y una cantidad de personajes de su entorno; y, el segundo, como responsable del equipo especial de Fiscalías Especializadas en Delitos de Lavado de Activos. ¡Muy curioso!.
De inmediato la acusada Keiko Fujimori, con el apoyo de la prensa concentrada y vendida, ha salido a pedir la nulidad de las investigaciones realizadas hasta la fecha; que se separe de la investigación al Fiscal José Domingo Pérez y se abra investigación contra Rafael Vela Barba y José Domingo Pérez, para suspenderlos, separarlos definitivamente del cargo de fiscales.
Aunque algunos analistas y politólogos aparentan desconocer el hecho y otros lo hacen a media tinta, la señora “K”, Keiko Sofía Igushi Fujimori, tiene un gran poder corruptor, con la asesoría especializada en temas de corrupción y psicosociales, estaría recibiendo de su “tío” Vladimiro Montesinos. Para ello obviamente estaría haciendo uso del fabuloso botín de dinero que su padre, el sentenciado Alberto Kenya Fujimori Fujimori, esquilmó a los peruanos.
En este contexto, no queda mucha duda que estaría utilizando ese poder económico, para comprar las “confesiones” de Villanueva, que de manera sospechosa y bastante enredada, viene buscando enlodar a nuevos personajes de las fiscalías y del periodismo, con el agregado de inmiscuir como quien no quiere la cosa, al Jurado Nacional de Elecciones.
Si miramos y analizamos con cabeza fría los resultados que se estaría buscando a través de este conglomerado de hechos, de los que al parecer Villanuevaz viene “acordándose” de poco a poquito; o, por el contrario, repitiendo un libreto preparado, tiene objetivos claros: proporcionar herramientas “legales” para tumbarse la investigación y acusación en etapa final en contra de Keiko Fujimori; y, de pasito, generar duda y propiciar el apartamiento del fiscal José Domingo Pérez del proceso que ha entrado a su etapa final. Pero no solamente ello, sino también crear las condiciones para arremeter contra el Jurado Nacional de Elecciones, a ver si así pueden colocar a otros personajes afines a sus intereses particulares.
El ex-asesor de la suspendida fiscal de la Nación, Patricia Benavides, declaró ante la fiscal Delia Espinoza, que su exjefa le confesó que había acordado con el entonces fiscal de la Nación interino, Pablo Sánchez, archivar mutuamente las investigaciones que los involucraban por presuntos delitos de negociación incompatible y lavado de activos.
Según el testimonio de Jaime Villanueva, Benavides le hizo esta revelación en una reunión que sostuvieron en su casa en el 2022, junto con los fiscales Marco Huamán y Miguel Girao, quienes también eran sus asesores. En dichos encuentros, se coordinaban las acciones para influir en el Congreso y lograr la inhabilitación de la entonces fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, quien había iniciado las investigaciones contra Benavides y Sánchez.
“La doctora Benavides comenta en esa reunión, que acordó con el doctor Pablo Sánchez de que ella le archivaba su investigación, entonces él le archivaba la investigación de su hermana y le pidió al doctor Huamán que él proyecte ambos archivos”, contó Villanueva.
La investigación contra Benavides se refería a su presunta participación en la organización criminal Los Cuellos Blancos del Puerto, mientras que la de Sánchez, estaba relacionada con el caso Petroaudios, en el que se le acusaba de haber favorecido al exministro aprista Hernán Garrido Lecca.
Villanueva también señaló que, Huamán era el encargado de enviar las resoluciones que emitía Benavides, a la prensa o a una congresista, cuyo nombre no mencionó, a través de un chat público. Asimismo, indicó que Huamán le proporcionaba información sobre los congresistas que tenían investigaciones abiertas, a fin de presionarlos para que apoyen la destitución de Zoraida Ávalos.
Por otro lado, Villanueva afirmó que Benavides tenía el apoyo de Juan Fernández Jeri, jefe de la Autoridad Nacional de Control del Ministerio Público, quien tenía la misión de suspender a los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez, integrantes del equipo especial Lava Jato. Según Villanueva, Fernández Jeri fue nombrado por la Junta Nacional de Justicia (JNJ) a pedido del expresidente del Congreso, Daniel Salaverry, quien a su vez habría recibido la orden del partido aprista.
“De hecho, yo le comenté a Rafael Vela que, cuando estaba en el Ministerio de Justicia, un día llegó Daniel Salaverry a pedirle al ministro Chero, a pedirle si él podía interferir en la Junta Nacional de Justicia en favor de Fernández Jerí.
Yo estuve en esa reunión, luego me quedé conversando con Salaverry -entonces asesor de Pedro Castillo- y le pregunté por qué querían apoyar a Fernández Jerí, si era una cosa de Gobierno o si era un pedido del partido Aprista -en alusión al pasado aprista de Salaverry-. Entonces él me terminó diciendo que era un pedido del partido, que Fernández Jerí era un compañero”, relató Villanueva.
La fiscal Espinoza, quien tiene a su cargo la investigación contra Benavides por el caso Los Cuellos Blancos del Puerto, citó a Villanueva para que amplíe su declaración el próximo 20 de febrero. Eso está bien y compete a sus prerrogativas de titular de la acción penal.
Pero aquí, lo importante no es solamente recibir las “confesiones” de Villanueva, sino que, existe la obligación fiscal ineludible, de que esas confesiones tengan el respaldo fehaciente, indudable, de otros elementos de convicción periféricos, porque si no existen esos elementos de convicción periféricos, todo lo dicho por Villanueva no pasaría de ser una versión nueva del “narrador de cuentos”.
