Neuralink, la empresa de neurotecnología fundada por el multimillonario Elon Musk, anunció que realizó el primer implante exitoso de un chip cerebral inalámbrico en un ser humano. El paciente, cuya identidad no se ha revelado, se está recuperando bien y ha mostrado prometedores picos neuronales o impulsos nerviosos, según Musk.
El objetivo de Neuralink es conectar cerebros humanos a computadores y ayudar a tratar afecciones neurológicas complejas, como la parálisis, la pérdida de visión o audición, la incapacidad para hablar o la enfermedad motoneuronal.
El implante de Neuralink consiste en un dispositivo del tamaño de una moneda que se inserta en el cráneo mediante un robot quirúrgico. El dispositivo contiene 64 hilos flexibles, más finos que un cabello humano, que se conectan a una parte del cerebro que controla la “intención de movimiento”. Estos hilos permiten que el implante registre y transmita señales cerebrales de forma inalámbrica a una aplicación que decodifica cómo pretende moverse la persona.
El implante se alimenta de una batería que se puede cargar de forma inalámbrica y que, según Musk, tendrá una duración de todo el día3. El primer producto de Neuralink se llamará Telepathy y permitirá “controlar el teléfono o el computador, y a través de ellos casi cualquier dispositivo, con sólo pensar”, afirmó Musk en una publicación en X, la red social de la que es propietario y que antes se conocía como Twitter.
“Los primeros usuarios serán personas que hayan perdido la funcionalidad de sus extremidades”, añadió Musk, quien puso como ejemplo al fallecido científico británico Stephen Hawking, que padecía de enfermedad motoneuronal y que podría haberse comunicado más rápido que un mecanógrafo o un subastador con el implante de Neuralink.
Neuralink recibió la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) en mayo de 2023 para probar el chip en seres humanos, después de superar varios obstáculos regulatorios y éticos. La empresa inició un estudio de seis años de duración, en el que planea realizar 11 cirugías con pacientes humanos en 2024 y escalar hasta más de 22.000 operaciones en 2030.
Neuralink se enfrenta a una álgida competencia de otras empresas que también desarrollan interfaces cerebro-computador, algunas con más experiencia y trayectoria. Por ejemplo, Blackrock Neurotech, con sede en Utah, EE.UU., implantó su primera de muchas interfaces cerebro-computador en 2004 y ha colaborado con investigadores de todo el mundo. Precision Neuroscience, creada por un cofundador de Neuralink, también pretende ayudar a personas con parálisis con un implante que se asemeja a un trozo muy fino de cinta adhesiva que se coloca en la superficie del cerebro y que puede implantarse a través de un “microcorte craneal”, lo que, según afirma la empresa, es un procedimiento mucho más sencillo.
Los dispositivos existentes también han dado resultados. En dos estudios científicos recientes realizados en Estados Unidos, se utilizaron implantes para monitorear la actividad cerebral cuando una persona intentaba hablar, la cual luego podía descodificarse para ayudarla a comunicarse. Estos avances podrían mejorar la calidad de vida de millones de personas que sufren de diversas condiciones neurológicas.
