¿EXISTEN MAFIAS que quieren callar a la prensa? Lo sucedido con Limber Rodríguez lo confirmaría

En la madrugada del día 8 de enero de 2025, el comunicador social Limber Rodríguez, fue víctima de un atentado en su domicilio de Aparicio Pomares, cuando sujetos desconocidos hicieron explotar en la puerta de la vivienda un artefacto explosivo de fabricación casera, según versión de la policía. La detonación fue estruendosa y asustó inclusive al vecindario. Como resultado, una puerta de fierro fue arrancada de su marco y la puerta de madera sufrió rotura.

Minutos antes fue agredido por el hijo del alcalde provincial

De acuerdo a la versión proporcionado por Limber Rodríguez a la prensa, minutos antes del atentado, en circunstancias que se encontraba cenando en una pollería del centro de la ciudad, el hijo del alcalde provincial “Toño Jara” Gallardo, le agredió verbalmente en el interior del establecimiento, acompañado de un grupo de sujetos. “No respondí a la provocación del sujeto, que al parecer se encontraba en estado etílico y opté por retirarme del lugar junto con los amigos con quienes cenábamos”, aseveró Limber.

“Quisiera pensar que se trata de una simple coincidencia (la agresión) con el atentado a mi casa, pero por el poco tiempo transcurrido entre los hechos, tengo mis dudas, pues puede estar vinculado con los que me agredieron en el interior de la pollería”, agregó Limber Rodríguez.

La actividad informativa de Limber Rodríguez

Quienes conocemos a Limber Rodríguez, sabemos de su labor informativa que realiza en su página social, denunciando constantemente los actos presumiblemente corruptos del gobernador “Toño” Pulgar Lucas y del alcalde provincial “Toño” Jara Gallardo. Las denuncias y los destapes, obviamente nunca serán del agrado de quienes se consideran “vacas sagradas” e intocables, pese al rosario de hechos que lindan con lo delictuoso, en la gestión que transitoriamente les corresponde desempeñar.

Al respecto Limber reflexiona: “Mi labor ha sido de constante denuncia de los hechos de corrupción tanto del gobernador Antonio Pulgar Lucas, como del alcalde provincial Antonio Jara Gallardo y continuaré con esa labor”.

Rodríguez enrostra el atentado a los “Toños” Jara y Pulgar  

A la pregunta de la prensa si el cree que el atentado es producto de sus denuncias contra las autoridades, Limber contestó enfáticamente: “Yo lo afirmo, lo digo con toda firmeza para que sepa la fiscalía y la policía, cualquier desgracia que puede sucederle a mi familia y a mi persona, los autores serán ellos. Quieren asustarme y callarme, pero no me van asustar, yo seguiré denunciando toda la inmoralidad del gobierno regional y de la municipalidad.”

Agregó que en la casa materia del atentado, él no vie allí, pues allí radican sus hermanos y su pequeña sobrina, que ahora están sumamente afectados por lo sucedido. “Yo soy el que los denuncio, yo les digo su verdad, acá estoy, búsquenme y métanse conmigo, no con mi familia. Ellos nada tiene que ver con mi labor periodística de denuncia. Yo soy, métanse conmigo, los espero”, explotó Rodríguez contra los que presuntamente son los autores del atentado.

Las versiones de los vecinos

Algunos vecinos que por seguridad no quisieron identificarse, señalaron que luego de la explosión fueron varios sujetos que a bordo de motocicletas lineales se dieron a la fuga del lugar, pero que no pudieron identificarlos, porque aparentemente se cubrían el rostro con trapos.

Se tiene conocimiento que cerca a la vivienda de Limber Rodríguez existen cámaras de vigilancia de los vecinos y de la municipalidad provincial, por lo que Rodríguez invoca a la policía que solicite que los propietarios de los artefactos de video vigilancia, proporcionen la grabación para identificar a los facinerosos que atentaron contra su domicilio.

“Si el alcalde no tiene nada que ver con lo sucedido, debe proporcionar las grabaciones de las cámaras de seguridad de su propiedad y colaborar con la justicia”, aseveró el comunicador social.

¿Estamos en una jungla donde impera la ley del más fuerte?

Quienes no tienen argumentos para contradecir, ya por incapacidad o porque los hechos los condena, recurren a la violencia como respuesta, como si estuviéramos viviendo en una jungla, donde impera la ley del más fuerte; donde se impone no la fuerza de la razón, sino la razón de la fuerza.

Definitivamente, esta es una actitud absolutamente repudiable, propia de los cobardes, que además de estar sumiéndose cada vez más en malas prácticas administrativas de la cosa del Estado, lo decimos a quienes se consideren aludidos, se declaran miembros de una organización criminal y al puro estilo de Al Capone o Alessandro Boscarino y tal vez del Padrino o Frank Costello, para manejar la cosa pública como una “Cosa nostra”.

La libertad de expresión y opinión

El tema no podemos verlo simplemente como un atentado amenazador, sino principalmente, como un grave atentado contra la libertad de información, expresión y opinión, consagrado por el Art. 2º, inciso 4. de la Constitución Política del Estado, como derecho fundamental y respaldado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y diversos tratados supranacionales que la complementan.

Ahora bien, la libertad de información, expresión, opinión y difusión, no es una isla que permita mentir para desprestigiar a alguien. Ya tiene que acabar ese viejo y equivocado paradigma, que la prensa es para enaltecer hasta el infinito o para destruir poniendo a ras de piso, a quien se nos ocurre.

La libertad de expresión, se ejerce bajo responsabilidad de quien lo dice, lo cual implica que si un comunicador miente, difama o extorsiona pretendiendo escudarse en esa libertad fundamental, pues, la misma ley constitucional, reglamentado por el Código Penal, da formas de investigación y sanción al agresor que se vale de un medio de comunicación para denigrar falsamente.

Ahora bien, si existen personas que se sienten afectadas por una información mendaz, con fines únicamente de desprestigiar, tienen las herramientas legales para recurrir a las instancias judiciales, formulando la denuncia correspondiente.

De esta manera, prima la “fuerza de la razón” y no la “Razón de la fuerza”. Claro que esto no sucederá, si los hechos noticiables tienen su base en fuentes fidedignas; y, entonces, los aludidos, quieren callar las voces denunciantes a través de la fuerza y el atentado.

Los que optan por la violencia o la amenaza cobarde, se convierten en verdaderas organizaciones criminales, que quieren imponer el delito como “un modus vivendi” tolerable por la sociedad, lo cual no puede ser posible hoy, ni nunca. La policía, la fiscalía penal y el Poder Judicial, asumirán sus funciones a cabalidad, para demostrar que vivimos en una sociedad democrática, donde se respeta el estado de derecho y el derecho constitucional. No hay medias tintas que valgan.

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