Rolan Junior Conde Huaynacari fue condenado a 12 años de prisión por robarles un celular y S/ 284 a una familia que viajaba en un motocarro en el distrito de Manantay, en Ucayali. El hecho ocurrió la noche del 23 de enero de 2022, cuando Conde y otro sujeto armado interceptaron y golpearon a los integrantes de la familia, incluyendo a un niño de 1 año.
Según la versión de la fiscalía, la familia agraviada, el día de los hechos, fueron atacados por los sujetos, apuntándoles con un arma de fuego. Rolan Junior se encargó de reducir a padre de familia golpeándolo con el arma de fuego, mientras que su compinche, les arrebató el dinero que tenían y un celular.
Con los agredidos se encontraba su pequeño hijo, quien asustado por los hechos empezó a llorar y gritar, lo que alertó a los vecinos del lugar, quienes capturaron a Rolan Junior Conde Huaynacare, mientras que su cómplice se fugó por el monte, no habiendo sido capturado ni procesado.
El Juzgado Penal Colegiado, en el juicio oral condenó a Rolan Junior Conde Huaynacare a 12 años de cárcel por el delito de robo agravado. La defensa técnica del imputado formuló apelación de la Sentencia.
La Primera Sala de Apelaciones confirmó la sentencia emitida por el Juzgado Penal Colegiado, basándose en las pruebas policiales y el reconocimiento de los agraviados. La defensa del acusado alegó que estaba ebrio, pero los jueces lo desestimaron.
Ahora bien, se tiene que sancionar todo delito en forma proporcional y razonal. El código penal ha sido modificado y la pena establecida para el delito de robo agravado, es bastante drástica. Se considera robo agravado cuando participan en el hecho más de un agente infractor, se realiza en horas de la noche y en un logar desolado, con la agravante de portar arma de fuego real o de imitación.
El tema es, si la política criminal abarca solamente la sanción a los autores de la comisión del delito, o si en una moderna concepción de la criminalística, se busca encontrar canales de resocialización y educación del agente infractor, para su reincorporación pronta a la sociedad y no constituirse en una carga social, mediante condenas de carcelería prolongada, sin esperanzas de tratamiento psicológico, social y educacional, al reo.
Las penas largas solamente crean hacinamiento carcelario, mal trato, promiscuidad, más entrenamiento para que cuando salga de prisión, lo hagan mejor preparados para seguir delinquiendo, como un delincuentes avezados. A ello hay que agregar que el Estado tiene que cambiar su política social, económica, educativa y recreacional, para brindar una buena educación, buena alimentación y preparación eficaz a la niñez y juventud, para el trabajo, porque son futuros de la nación.
En un país donde impera la marginación a las clases mayoritarias, la explotación de la mano de obra barata, la falta de oportunidades y el racismo; donde unos pocos acumulan toda la riqueza posible, mientras la gran mayoría vive del día a día, con sueldos míseros o en la desocupación permanente; en pobreza y extrema pobreza; entonces las políticas gubernamentales, se convierten en caldo de cultivo de la delincuencia, la prostitución, el alcoholismo y la drogadicción.
A ello hay que agregar, que las leyes penales se aplican con todo su peso y rigor, a delincuentes de poca monta, mientras que aquellos grandes delincuentes de cuello blanco, que se llevan al peso todo lo que pueden robar al Estado y por ende al pueblo, están paseando orondos, felices y contentos, porque don dinero tiene mucho poder y permite comprar fiscales, jueces, la justicia y las conciencias. Así, la delincuencia nunca acabará, aún cuando se construyan cientos de cárceles y se siga aumentando las penas para castigar a ladronzuelos de poca monta.
