ANTE SOBREPRODUCCIÓN DE PAPAS EN HUÁNUCO, Caen los Precios y Golpea a los Agricultores
La sobreproducción de papa en la región de Huánuco ha sumido a los agricultores en una crisis económica sin precedentes. Los precios del tubérculo han caído a niveles alarmantes, llegando a costar entre 0.30 y 0.20 céntimos por kilo en chacra, valores que no cubren los costos de producción ni permiten a los agricultores obtener una ganancia justa por su trabajo.
Provincias que producen papas de diferentes variedades
Las provincias de Ambo, Huamalíes, Pachitea y Dos de Mayo se caracterizan por ser las principales zonas productoras de papa en la región, cultivando diversas variedades como la papa blanca, la papa amarilla, la yungay y la peruanita. Sin embargo, el problema radica en la saturación del mercado.
No solo Huánuco ha experimentado un aumento en la producción de papa, sino también otras regiones del país, incluyendo las principales zonas productoras que abastecen a Lima y otras ciudades. Este exceso de oferta ha generado un colapso en la comercialización del producto, dejando a miles de agricultores en una situación desesperada.
A esto se suma el impacto de las condiciones climáticas adversas. La humedad y las lluvias han acelerado la descomposición de las papas almacenadas, lo que obliga a los productores a venderlas a cualquier precio antes de que se pierdan por completo. En muchos casos, los productores han optado por regalar o desechar su cosecha debido a la imposibilidad de encontrar compradores.
Falta de acción de las autoridades
A pesar de la gravedad de la situación, ni el Ministerio de Agricultura ni los gobiernos locales, han implementado estrategias efectivas para mitigar la crisis. Los agricultores han denunciado la falta de programas de almacenamiento, industrialización y diversificación de mercados que permitan evitar este tipo de crisis recurrentes. Además, no se han promovido alternativas como la compra estatal del excedente para programas sociales, lo que podría haber representado una solución viable.

Los gremios agrarios han exigido una respuesta urgente por parte de las autoridades, solicitando subsidios, créditos de emergencia y apoyo logístico para la comercialización de la papa. Sin embargo, hasta el momento, las respuestas han sido insuficientes y los productores siguen enfrentando graves dificultades económicas.
Beneficio para los minoristas y falta de regulación en los mercados
Mientras los agricultores se ven obligados a vender la papa a precios irrisorios, los comerciantes minoristas y finales están sacando provecho de la situación. Adquieren el producto a precios bajísimos, pero en los mercados, la papa blanca no baja de 2 soles el kilogramo y la papa amarilla se mantiene en 4 soles el kilogramo.
Esta disparidad pone en evidencia la falta de regulación en la cadena de comercialización y el impacto negativo sobre los agricultores, quienes son los más perjudicados en esta crisis.
Consecuencias y posibles soluciones
Si la crisis no se aborda con prontitud, muchos agricultores podrían abandonar la actividad, lo que afectaría la seguridad alimentaria y la economía regional a largo plazo. Expertos sugieren la implementación de políticas agrarias más sostenibles, incluyendo la planificación de cultivos según la demanda, el fortalecimiento de cadenas de valor y la creación de infraestructura para el procesamiento de la papa en productos derivados, como harinas y snacks.
Mientras tanto, los productores de Huánuco siguen esperando soluciones concretas que les permitan salir de esta crisis y garantizar la sostenibilidad de su labor en el futuro. La urgencia de una política agraria más efectiva nunca ha sido tan evidente.
Creación de mercados itinerantes “De la chacra a la olla”
Esta sería otra alternativa de ayuda inmediata a los campesinos agricultores, vale decir, a los productores de papas. La creación de mercados itinerantes de temporada, es una labor que deben implementar los gobiernos locales, con apoyo de las direcciones agrarias.
La fórmula “De la chacra a la olla” ha sido una propuesta que ha dado buenos resultados en los lugares donde se han implementado. Esto permite que el productor pueda vender sus productos directamente al consumidor a precios razonables y no perder el capital de inversión, muchas veces con préstamos que se convertirán en impagables, con graves perjuicios al sistema financiero y la elegibilidad de los agricultores como sujetos de nuevos créditos.
Lo que se tiene que cuidar es que los mercados itinerantes sean utilizados por los productores agrarios y no permitir que inescrupulosos comerciantes de los mercados formales, se hagan pasar por productores y lleven sus productos del mercado foral a efectuar competencia desleal a los agricultores, obligándolos a encarecer los productos. Esto implica que tiene que haber un trabajo de control y empadronamiento de agricultores productores que serán los beneficiarios de los mercados itinerantes.