DOS EXGOBERNADORES DE HCO. Despojaron de sus Tierras a Nativos Kakataibo. Silencio Cómplice de “Toño Pulgar” Lucas

Los Kakataibo son un pueblo de tradición guerrera, viven entre las regiones de Huánuco, Ucayali y Loreto, alrededor de la Reserva Indígena Kakataibo Norte y Sur, un área intangible donde habitan indígenas en aislamiento voluntario de la misma etnia, y que recién fue reconocida por el gobierno en 2021.

Sin embargo, el disfrute de su hábitat natural de las comunidades Kakataibo, se ha visto alterada y se mantienen en constante zozobra, ante el despojo de sus tierras por la tala indiscriminada de bosques, el sembrío ilegal de coca, las concesiones mineras, petroleras y forestales, así como por las organizaciones criminales del narcotráfico en gran escala.

A ello se suma la entrega de tierras de las comunidades Kakataibo, a madereros, ganaderos y a un gran empresario de la industria siderúrgica: “Aceros Arequipa”, efectuados por los expresidentes del gobierno regional de Huánuco, Luis Picón Quedo y Rubén Alva Ochoa.

El accionar de invasores y redes criminales

Desde la pandemia, los invasores y redes criminales se han extendido en la zona, cobrando la vida de los Kakataibo que luchan por proteger sus tierras. Solo en el sector Kakataibo Sur, que atraviesa los distritos de Codo del Pozuzo (Huánuco) y Padre Abad (Ucayali), cinco de sus habitantes fueron asesinados desde el 2020 tras recibir amenazas de narcotraficantes. En la zona Kakataibo Sur, existen seis comunidades nativas: Santa Martha, Sinchi Roca I, Sinchi Roca II, Puerto Nuevo, Unipacuyacu y Puerto Azul.

Los responsables del despojo de tierras de los Kakataibo Sur

En este informe daremos a conocer a los autores del despojo de las tierras Kakataibo Sur, sin dejar de señalar que los principales entes del despojo lo constituyen también, los invasores y luego los criminales dedicados a la siembra ilegal de coca y al narco tráfico, desde la pasta básica de cocaína hasta la droga de la más alta pureza.

Alaramante incremento del sembrío ilegal de coca en los terrenos de las comunidades nativas Kakataibo.

A estas actividades ilícitas y de despojo de tierras de los Kakataibo, se suma el Estado peruano, mediante cuatro concesiones mineras, dos concesiones petroleras y una forestal, no obstante que el mismo Estado peruano ya había declarado su carácter intangible. Las concesiones fueron otorgadas antes del reconocimiento de la Reserva Kakataibo Sur, las que se pueden geolocalizar mediante imágenes satelitales.  

Pista aérea clandestina en Padre Abad, Ucayali, que utilizan los narcotraficantes para sacar la droga con destino al Brasil y Bolivia.

Las concesiones mineras que se superponen con la Reserva Indígena Kakataibo Sur y la comunidad nativa Unipacuyacu, fueron autorizadas por Henry Luna Córdova, presidente del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet); y por Vilma Vilcas Melchor, miembro de la Dirección Regional de Energía y Minas de Huánuco, entre mayo de 2023 y julio de 2024. El área total concesionado es de 2.000 hectáreas.

La entrega de tierras por los expresidentes de la región Huánuco

Análisis georreferenciales muestran que el dueño de la mayor cantidad de hectáreas en la zona de ampliación Santa Martha es Ricardo Cillóniz Champín, presidente ejecutivo de la Corporación Aceros Arequipa, la principal siderúrgica del Perú. Aceros Arequipa no tiene inversiones en Huánuco, pero sí una de sus socias: Celepsa, una subsidiaria del grupo Unacem que opera en esta región.

Nos referimos a la Central Hidroeléctrica del Marañón, a través de su filial Celepsa Renovables S.R.L. Precisamente, Cillóniz Champín es miembro del directorio de Celepsa y Aceros Arequipa es dueño del 10% de las acciones y derechos empresariales.

Ricardo Cillóniz es dueño de dos parcelas en la zona reclamada por los Kakataibo de Santa Martha: una mide 790 mil 300 hectáreas de bosques y la otra, 17 mil 900 hectáreas. Comparativamente, sólo la extensión de la primera equivale a dos veces la extensión del distrito limeño de Magdalena del Mar.

Aunque otros favorecidos ilícitamente poseen hasta siete terrenos en el mismo sector, estos no miden ni la mitad de las 808 mil 200 hectáreas de bosques que posee el mencionado empresario Cillóniz Champín, inscritos en el Registro Público como su propiedad.

Cillóniz y sus vecinos se convirtieron en dueños de estas tierras en el marco de la campaña de titulación masiva que impulsó el Gobierno Regional de Huánuco. Dicha entidad se adjudicó terrenos supuestamente libres y los inscribió en los Registros Públicos. Luego los dividió a favor de 13 personas, entre madereros, ganaderos y el empresario Cillóniz. Un gran negociado bajo la mesa entre los ex gobernadores de Huánuco y los suertudos beneficiarios de terrenos de las comunidades Kakataibo. ¿Qué prebendas recibieron los ex gobernadores por esta ilícita adjudicación de territorios Kakataibo? Sería bueno que los investigue una fiscalía especializada contra delitos de corrupción de funcionarios.

Para concretar la entrega en propiedad de las tierras Kakataibo, los beneficiados debieron demostrar que estaban en posesión de las extensiones de tierras o bosques; sin embargo, en los archivos documentales de tierras Kakataibo, de Puerto Inca, no hay información al respecto. La entrega de los predios se realizó en 2014 y 2015, durante las gestiones del actual congresista Luis Picón Quedo y de Rubén Alva Ochoa.

El problema territorial de los Kakataibo se agrava

La situación de inseguridad y despojo que viven los nativos Kakataivo se agrava con la construcción ilícita de narcopistas de aterrizaje y por nuevas concesiones mineras que hace el Estado. En esta parte de la Amazonía, los ilegales han construido 11 pistas de aterrizaje clandestinas. Tres de los aeródromos ilegales se ubican a sólo 12 y 8 kilómetros de distancia del Área de Conservación Regional, a orillas del río Pozuzo. Esta ubicación les permite conectar con caminos de trocha, por las que se transporta la droga desde la capital de la provincia de Puerto Inca.

Pista de aterrizaje clandestino en Codo de Pozuzo, Huánuco que utilizan los narcotraficantes para sacara la droga de Puerto Inca.

El narcotráfico construyó su cuarta y quinta pista de aterrizaje clandestina, en el área de ampliación solicitada por Puerto Azul; mientras que el sexto aeródromo ilegal se ubica dentro de la comunidad nativa de Puerto Nuevo, en el límite con la Reserva Indígena Kakataibo Sur. Las últimas cinco pistas del narcotráfico están esparcidas dentro del área que logró titular la comunidad Santa Martha y del territorio que sus líderes reclaman como zona de ampliación.

Poza de maceración de hojas de coca en la fábrica de cocaína que proliferan por los narcotraficantes que se han asentado en los terrenos de los nativos Kakataibo. (Foto: Aidesep – ORAU)

Desde hace tres décadas las plantaciones ilegales se propagan en todos los pueblos Kakataibo y hoy están presentes incluso dentro de la reserva indígena, especialmente en el tramo que limita con el área de ampliación de Puerto Azul, hasta la frontera con la comunidad nativa de Unipacuyacu, el único que no ha sido titulado.

El daño a la cobertura forestal sigue incontenible

La pérdida de cobertura forestal en estos bosques se debe tanto a los cultivos ilícitos de coca, como a la presencia de madereros ilegales, agricultores y ganaderos que siembran pastizales para alimentar a sus animales. Al menos el 19,3% de las 275,203 hectáreas que ocupan las comunidades nativas, sus zonas de ampliación, el Área de Conservación Regional y la Reserva Kakataibo Sur, están deforestadas.

Dentro de Unipacuyacu está identificado un pedido de concesión minera que se superpone con 400 hectáreas de la comunidad nativa, y otra solicitud de 100 hectáreas que cruza parcialmente la reserva indígena. También se han identificado tres petitorios dentro del territorio titulado por la comunidad nativa de Puerto Azul; otros seis pedidos dentro de sus bosques colindantes y en la zona solicitada como ampliación; además, uno que atraviesa la comunidad de Puerto Nuevo.

Una desgracia de concesiones mineras que hace el Estado, sin la menor consideración que con esta política de concesiones abusivas, arbitrarias y contra los derechos humanos, se ocasiona un grave daño a la ecología, agravando el cambio climático en el mundo y atentando contra la vida pacífica de los nativos Kakataibo.

Gravísima responsabilidad del Estado peruano, por la violación de los derechos humanos y de los derechos de las comunidades nativas y su hábitat natural, sin que alguna institución tutelar se haya pronunciado con claridad, en defensa del derecho a la conservación de los bosques, garantía de la vida y el bienestar universal. Política nefasta que agrava el cambio climático en el mundo y vulnera los derechos de los poblados Kakataibo.

Unipacuyacu es el único de los pueblos Kakataibo que no ha sido titulado. El trámite está encarpetado en las gavetas del Gobierno Regional de Huánuco, desde hace casi tres décadas.  El territorio ancestral de Unipacuyacu comprende 22.946 hectáreas, pero el tráfico de tierras, el narcotráfico y tala ilegal, los han arrinconado en el 0,01% de esta área. “Hay caminos que no podemos pasar porque hay personas armadas. Nos han despojado de nuestra propia tierra”, dice uno de los comuneros.

Arbildo Meléndez defensor ambiental asesinado

Ellos mantienen vivo el recuerdo de su líder Arbildo Meléndez, activo promotor de la titulación de Unipacuyacu, y el primer defensor ambiental asesinado durante la pandemia. En 2008, el entonces alcalde de Puerto Inca, Leonidas Núñez Vera, creó el centro poblado Nueva Libertad dentro del territorio de la comunidad y, con ello, permitió el avance de ganaderías y agricultores. Hoy, los datos satelitales y mapas de Devida, muestran que las plantaciones ilegales se han expandido en la zona ocupada.

Santa Martha fue la tercera comunidad Kakataibo en obtener un título y el único de esta etnia que lo consiguió en la región Huánuco. En 1986, los líderes indígenas consiguieron inscribir 14 mil 699 hectáreas de su territorio ancestral y seis años después, en 1992, solicitaron una ampliación de 18 mil 596 hectáreas, pero casi en paralelo, el territorio pretendido se convirtió en zona de disputa: indígenas y foráneos empezaron a parcelar y vender los lotes, sin acreditar la posesión.

Datos alarmantes del SICAR

Los datos del Sistema Catastral para Predios Rurales (Sicar) del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) revelan que el 91,7% de la zona de ampliación Santa Martha ya han sido entregados a terceros. En total son 318 los predios que obtuvieron su inscripción en los Registros Públicos y en el catastro rural de la región Huánuco.

La Agencia Agraria de la Provincia Puerto Inca, es la que tramita las constancias de posesión en Huánuco. Sin embargo, sus expedientes se almacenan en viejos estantes de madera o en el suelo. Las carpetas documentarias están cubiertas de telarañas y excrementos de ratas; otros tienen la tinta corrida por el agua de lluvia que se filtra del techo. Hoy es imposible conocer la identidad de todos los que comercializaron las tierras que reclaman los Kakataibo de Santa Martha.

“Toño Pulgar” Lucas no dice esta boca es mía

Y ante todo esta desgracia de los nativos Kakataibo, especialmente de los que viven en las tierras que les pertenece en la Región Huánuco, el actual gobernador regional, el inefable “Toño Pulgar” Lucas, que indudablemente conoce este grave problema de los nativos, no ha dicho esta boca es mía.

Guarda silencio de complicidad con los gobernadores que le antecedieron Luis Picón Quedo y Rubén Alva Ochoa, autores del negociado de tierras de las comunidades Kakataibo.

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