MÁS DEL 22% de Cusqueños Viven en Pogreza y Extrema Pobreza
Antes de la pandemia, Perú vivió el episodio más significativo de reducción de pobreza en su historia: Entre 2004 y 2019, la pobreza se redujo de 58.7% a 20.2%. Una dinámica similar se dio en Cusco, donde dicha tasa se redujo de 63.9% a 23.0%. Una clara demostración de la injusticia social, en una ciudad con mucha riqueza turística, cuna del patrimonio mundial de la humanidad, con una población cada vez más cercana al 50% que vive en la pobreza y extrema pobreza, en condiciones infrahumanas, sin los servicios básicos, con niños de cero a 10 meses con desnutrición crónica
Desde entonces, la pandemia deshizo una década de avances en la reducción de la pobreza, dejando a los hogares en una situación de mayor vulnerabilidad. Ello sumado al menor dinamismo de la economía y del empleo llevó a que la pobreza en Perú aumente en 2023 y se mantenga por encima de su nivel prepandemia (20.2% en 2019).
Pese a este avance, la pobreza extrema se ha agravado, tanto a nivel nacional como en Cusco. La pobreza extrema en el Perú se ha duplicado de 2.9% en 2019 a 5.7% en 2023. En Cusco, la pobreza extrema ha aumentado de 3.6% en 2019 a 4.1% en 2023. Con ello, más de 57,699 cusqueños se encontraron viviendo en pobreza extrema en 2023, con un gasto individual por debajo del valor de la canasta básica alimentaria (S/251 al mes).
La caída de la pobreza en Cusco desde el 2019 se explica por la reducción de la pobreza rural, la cual disminuyó de 35.4% en 2019 a 28.0% en 2023. En contraste, la pobreza urbana en la región se ha incrementado entre el 2019 y 2023, de 14.3% a 17.9%. Esto apunta a una mayor urbanización de la pobreza: actualmente 5 de cada 10 cusqueños en situación de pobreza reside en zonas urbanas.
Además, la pobreza viene afectando a más personas con mayor nivel educativo. Antes de la pandemia, entre el 2014 y 2019, la mitad (49.7%) de la población pobre en Cusco tenía un nivel educativo menor a primaria. Para el 2023, esta proporción se redujo a 39.0%, debido a que aumentó la población pobre que cuenta con estudios secundarios: ahora el 36.5% de cusqueños en situación de pobreza ha culminado la secundaria.
Hacia el 2024, el crecimiento económico esperado, impulsado por la recuperación de la inversión (privada y pública) y un mayor dinamismo del consumo, impulsaría el empleo y los ingresos, favoreciendo la reducción de la pobreza. Sin embargo, hace falta un mayor crecimiento al esperado para realmente regresar a la senda de erradicación de la pobreza que se avanzó hasta el 2019. De hecho, el IPE estima que si el Perú se estanca en un crecimiento económico de 3% por año, se requerirían más de dos décadas para recuperar los niveles de pobreza del 2019.
El golpe de estado congresal con el derrocamiento del presidente constitucional Pedro Castillo Terrones, colocando en su reemplazo a la ilegítima Dina Boluarte Zegarra, originó la protesta popular de todo el Perú, pero especialmente de toda la gran Región Sur del País. Las confrontaciones y la masacre de ciudadanos ordenado por el ejecutivo y doña Dina Boluarte, han agravado la situación de pobreza y extrema pobreza en el Cusco y en el país.
Sólo cuando este sistema de gobierno impopular, abusivo, represor, marginador, proclibe al robo y la corrupción desde sus más altas esferaz, se acaben, nuestra patria empobrecida porque los grupos de poder se apropian de las riquezas nacionales, retomará el cauce del desarrollo con justicia social. (EL DIARIO CUSCO)