Durante su visita a la ciudad de Carabaya, Puno, el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén y su comitiva que lo acompañó, fueron abucheados y les gritaron “asesinos”, la población y familiares de las víctimas de la presidenta ilegítima Dina Boluarte, durante las protestas por el golpe de Estado congresal que se perpetró el 7 de diciembre del 2021.
El premier y ministros acompañantes fueron tratados de la misma manera
El premier estuvo acompañado por los ministros de Energía y Minas Rómulo Mucho; de Defensa Walter Estudillo y de Comercio Interior Elizabeth Galdo, quienes igualmente fueron objeto de las protestas de la población que se concentró cerca del local donde se reunieron. La tensión que se vivió fue fuerte, pues era evidente el descontento y la indignación de los familiares de las víctimas sin castigo a los responsables hasta el momento.
El descontento de los pobladores de la zona sur del país, es manifiesto en grandes sectores. Son poquísimas personas, evidentemente portátiles, los que están junto a los visitantes aplaudiendo los destemplados discursos de los visitantes.
Están en campaña proselitista
Se nota en los últimos movimientos del ejecutivo y allegados, un ánimo de campaña proselitista con miras a las futuras elecciones del 2026. Pues bien, seguramente ya están entendiendo en este termómetro de medición de aprobación, que salen mal parados de cada intentona. Luego de tantas atrocidades que se cometen tanto en el ejecutivo como en el legislativo, pedir apoyo a los pueblos del Perú, pedirle peras al olmo.
Tendrán que recordad doña Dina Boluarte Zegarra y los aventureros electoreros, que “no por mucho madrugar se amanece más temprano” y “y que una golondrina no hace el verano”. Políticamente, su suerte está echada, con un Nicanor Boluarte detenido e investigado; con una Dina Boluarte investigada por un concurso real de delitos, cuando no por una organización criminal.
La soberbia y el terruqueo continúan
Nunca ha demostrado la presidenta ilegítima un acto de reconocimiento de sus errores, ni ha pedido disculpas al pueblo peruano, por haberle hecho víctima de las masacres ordenadas desde el ejecutivo. Por el contrario, se nota una conducta de soberbia, menosprecio, petulancia y frivolidad descarada en agravio de un país con millones de hambrientos y marginados.
Es innegable: las visitas son un desastre
Los analistas políticos y comunicadores sociales que expresan la verdad de los hechos y no cobran para callar o mentir, han señalado que estas visitas con apariencia de “visitas de trabajo”, hasta ahora han sido y son un desastre, una provocación a las poblaciones que no los quiere para nada, ante nuestros ojos y ante los ojos del mundo. Ha resultado ser como “ir por lana y salir trasquilado”. La prudencia aconseja no atizar el fuego, por jugar con fuego es peligroso.
