Una herramienta para procesar datos y tomar decisiones
El cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad en el siglo XXI. Según la Organización Mundial de la Salud, 4,000 millones de personas viven en zonas muy vulnerables al cambio climático, que afecta su salud, su seguridad alimentaria, su acceso al agua y su calidad de vida. Además, se estima que el cambio climático provocará aproximadamente 250,000 muertes adicionales entre 2030 y 2050 debido principalmente a la desnutrición, la malaria, la diarrea y el estrés térmico.
Ante este escenario, el poder de la inteligencia artificial (IA) para procesar grandes cantidades de datos y ayudar a los humanos a tomar decisiones está transformando las industrias y los sectores que tienen un impacto directo o indirecto en el clima. La IA es una rama de la informática que se ocupa de crear sistemas que puedan aprender, razonar y resolver problemas de forma autónoma o asistida.
La IA se puede aplicar a diversos ámbitos relacionados con el cambio climático, como la monitorización, la predicción, la mitigación, la adaptación y la educación. A continuación, se presentan nueve formas en las que la IA ya está ayudando a hacer frente al cambio climático.
La monitorización de los efectos del cambio climático
Uno de los usos de la IA es la monitorización de los efectos del cambio climático en el planeta, como el deshielo de los glaciares, la deforestación, la desertificación, la contaminación o la pérdida de biodiversidad. La IA puede analizar imágenes de satélite, sensores, drones y otras fuentes de datos para detectar cambios en el medio ambiente y alertar sobre posibles riesgos o amenazas.
Por ejemplo, la inteligencia artificial ha sido entrenada para detectar cambios en los icebergs a una velocidad aproximadamente 10,000 veces más rápida que la capacidad humana para hacerlo. Este avance ayudará a los científicos a comprender la cantidad de agua de deshielo que los icebergs liberan en el océano, un fenómeno que se intensifica a medida que el cambio climático eleva la temperatura atmosférica. Según informa la Agencia Espacial Europea, los científicos de la Universidad de Leeds (Reino Unido) aseguran que su inteligencia artificial puede mapear grandes icebergs antárticos en imágenes de satélite en apenas una centésima de segundo.
Otro ejemplo es el de Space Intelligence, una empresa con sede en Edimburgo (Escocia), que declara que está operando en más de 30 países y ha cartografiado más de un millón de hectáreas de terreno desde el espacio utilizando datos de satélite. La empresa utiliza la IA para identificar y clasificar diferentes tipos de cobertura vegetal, como bosques, pastizales o cultivos, y para medir el impacto de la deforestación, la degradación o la restauración en el clima y la biodiversidad.
La predicción de los escenarios del cambio climático
Otro uso de la IA es la predicción de los escenarios del cambio climático, como el aumento de la temperatura, el nivel del mar, la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, la variabilidad de las precipitaciones, la sequía o las inundaciones. La IA puede utilizar modelos matemáticos, estadísticos y computacionales para simular el comportamiento del clima y sus posibles consecuencias en el futuro.
Por ejemplo, en África, la IA se está empleando en un proyecto de las Naciones Unidas para asistir a comunidades vulnerables al cambio climático en Burundi, Chad y Sudán. El proyecto IKI utiliza tecnología de inteligencia artificial para predecir patrones meteorológicos, permitiendo así que las comunidades y las autoridades planifiquen de manera más efectiva cómo adaptarse al cambio climático y mitigar su impacto. El proyecto también utiliza la IA para optimizar el uso de los recursos hídricos, agrícolas y energéticos, y para mejorar la resiliencia de los ecosistemas.
Otro ejemplo es el de Sipremo, una empresa que utiliza la IA para predecir la ubicación y el momento de los desastres climáticos, así como el tipo de desastre que podría ocurrir. La empresa, con sede en São Paulo (Brasil), ofrece un servicio de alerta temprana y de gestión de riesgos para empresas y gobiernos, que les permite prepararse de manera más efectiva ante el cambio climático y los desafíos cada vez mayores que enfrentan las comunidades. La empresa utiliza la IA para analizar datos históricos y actuales de diversas fuentes, como satélites, sensores, redes sociales o medios de comunicación, y para generar pronósticos y recomendaciones.
