LA ONU advierte una posible “matanza” si Israel asalta Rafah
La ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, podría ser escenario de una “matanza” si Israel lleva a cabo un asalto a gran escala contra los militantes de Hamás que se ocultan allí, según advirtió un alto funcionario de la ONU. Martin Griffiths, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios, dijo que los palestinos en Gaza ya estaban sufriendo un “asalto sin precedentes en intensidad, brutalidad y alcance” y que una invasión en Rafah sería “catastrófica”.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha prometido acabar con los hombres armados de Hamás que, según él, se esconden en esta ciudad. A pesar de las crecientes llamadas internacionales para que detenga la ofensiva, Netanyahu insistió el miércoles en que las fuerzas israelíes realizarán “un poderoso asalto” en la ciudad para eliminar a todos los miembros de Hamás.
Griffiths hizo una declaración inusualmente fuerte, en la que dijo que más de un millón de personas estaban “apiñadas en Rafah, mirando a la muerte a la cara”. Añadió que los civiles de la ciudad tenían poco alimento o acceso a medicamentos y “ningún lugar seguro al que ir”.
Según la ONU, Rafah es una pequeña ciudad en la frontera con Egipto, que albergaba a unas 250.000 personas antes de la guerra, pero que ahora tiene una población de aproximadamente 1,5 millones, debido a que Israel ordenó a los civiles evacuar hacia el sur. Muchos viven en tiendas de campaña en condiciones desesperadas y dicen no tener otro lugar adonde ir.
En los últimos días, Rafah ha recibido fuertes ataques aéreos de Israel. Según el Ministerio de Salud, controlado por Hamás, el pasado lunes murieron al menos 67 personas. Dos rehenes de origen argentino fueron rescatados de las manos de los militantes islámicos.
La ONU teme un desastre humanitario “inimaginable” si se produce una incursión a gran escala del ejército israelí en Rafah. Señala que las instalaciones hospitalarias del enclave están sobrecargadas y al borde del colapso y que los trabajadores humanitarios siguen corriendo peligro ante la falta de garantías de seguridad y los continuos ataques.