China asegura tener la ‘bala soñada’ que cambiará la tecnología militar para siempre
Mao Zedong, el fundador de la República Popular de China, dijo una vez: “El poder político surge del cañón de un arma”. Esta frase resume la visión de Mao sobre el papel de la fuerza militar en la política y la historia. Aunque China y Estados Unidos no están enzarzados en una lucha directa, no es ningún secreto que Washington y Beijing compiten para ver quién tiene el arma más grande y ejerce el mayor poder.
China ha experimentado un enorme crecimiento económico y social desde la muerte de Mao en 1976, y se ha convertido en la segunda potencia mundial, solo superada por Estados Unidos. Sin embargo, el legado de Mao sigue presente en la política y la cultura chinas, y su imagen domina la Plaza Tiananmen en Pekín.
Estados Unidos, por su parte, ha sido la principal superpotencia desde el final de la Guerra Fría, ha intervenido en varios conflictos regionales y globales, a menudo con el apoyo de sus aliados occidentales. Sin embargo, también ha enfrentado desafíos internos y externos, como el terrorismo, la crisis financiera, la polarización política y la emergencia de nuevos actores, como China.
¿Es posible evitar una confrontación armada entre China y Estados Unidos? ¿Qué consecuencias tendría para el mundo una guerra entre las dos potencias? ¿Qué papel pueden jugar otros países y organizaciones internacionales para promover el diálogo y la confianza entre ambos rivales? Estas son algunas de las preguntas que se plantean en el siglo XXI, cuando el poder político sigue dependiendo, en gran medida, del cañón de un arma.