El presidente de Argentina, Javier Milei, sorprendió al mundo al anunciar su intención de trasladar la embajada argentina en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, una medida que implica reconocer a la ciudad santa como la capital del Estado hebreo. Milei hizo el anuncio al llegar a Israel, donde inició este martes una visita oficial de tres días. Analistas políticos consideran que la declaración de Milei es una peligrosa decisión que podría tener resultados negativos en la política internacional de Argentina.
“Obviamente que es mi plan mudar la embajada a Jerusalén occidental”, dijo el mandatario ultraliberal al ser recibido por el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Israel Katz, en el aeropuerto Ben Gurión. Milei expresó su “apoyo al pueblo de Israel” y su “defensa de la legítima defensa” frente a “los terroristas” de Hamas, el movimiento islamista que controla la Franja de Gaza y que desde octubre libra una guerra con Israel.
La decisión de Milei fue celebrada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien agradeció el “respaldo diplomático” a la reivindicación israelí sobre Jerusalén como su capital indivisible. Sin embargo, fue condenada enérgicamente por Hamas, que la consideró una “vulneración de los derechos” del pueblo palestino y una “violación del derecho internacional”, ya que Jerusalén es “tierra palestina ocupada”.
Actualmente, la embajada argentina se encuentra en Herzliya, cerca de Tel Aviv, donde se ubican la mayoría de las representaciones diplomáticas. Si Milei cumple su promesa, Argentina se convertiría en uno de los pocos países que tienen su embajada en Jerusalén, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos, que la trasladó en 2018 bajo la presidencia de Donald Trump, uno de los ídolos políticos de Milei.
La cuestión de Jerusalén es uno de los puntos más sensibles del conflicto palestino-israelí, ya que la ciudad es sagrada para judíos, cristianos y musulmanes. En 1947, la ONU propuso un plan de partición de Palestina que preveía un estatus internacional especial para Jerusalén. Pero la ciudad quedó dividida tras la guerra de 1948, que siguió a la declaración de independencia de Israel. En 1967, Israel ocupó y luego anexó Jerusalén Este, donde viven la mayoría de los palestinos, que la reclaman como la capital de su futuro Estado.
Milei, un economista que se acercó al judaísmo y cuyo país tiene la mayor comunidad judía de América Latina, tiene previsto reunirse con el presidente israelí, Isaac Herzog, y con Netanyahu, así como con empresarios y rabinos. También visitará el museo del Holocausto, Yad Vashem, y uno de los kibutz atacados por Hamas, que el 7 de octubre lanzó un asalto sorpresa en el sur de Israel que causó más de 1.000 muertos. Milei se encontrará además con familiares de los rehenes secuestrados por Hamas, entre los que hay varios argentinos.
La visita de Milei a Israel ha generado un gran revuelo mediático y político, tanto en Argentina como en el exterior. Mientras algunos lo elogian por su gesto de amistad con Israel, otros lo critican por su falta de sensibilidad con el pueblo palestino y por su alineamiento con la política de Trump. El traslado de la embajada argentina a Jerusalén podría tener consecuencias diplomáticas y comerciales para el país sudamericano, que mantiene relaciones con el mundo árabe y musulmán.
