ECUADOR: Complejas bandas delictivas ligadas al narcotráfico operaban en el país
Ecuador se ha convertido en un escenario de disputa entre diversas bandas criminales que buscan controlar el tráfico de cocaína y otros negocios ilícitos en el país. Según información de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas, existen entre 20 y 25 grupos delictivos, que están vinculados a los cárteles mexicanos Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, los principales proveedores de droga en la región.
Entre las bandas más poderosas y violentas se encuentran Los Choneros y Los Lobos, que se han enfrentado por el dominio de las rutas marítimas y terrestres de la cocaína hacia Centroamérica, Estados Unidos y Europa. Estas bandas también se dedican al microtráfico, la extorsión, el sicariato, el contrabando y la minería ilegal, entre otras actividades.
Los Choneros surgieron en la provincia costera de Manabí, en la década de 1990, y se han expandido por todo el país, con presencia en varias cárceles y ciudades. Los Lobos nacieron como una disidencia de Los Choneros, y tienen mayor influencia en la Sierra, especialmente en Quito. Ambas bandas han protagonizado sangrientos enfrentamientos dentro y fuera de los centros penitenciarios, dejando decenas de muertos y heridos.
Otras bandas que están relacionadas con Los Choneros y Los Lobos son los R7, los Chone Killers, los Tiguerones y los Latin Kings. Los R7 son una organización que opera en la frontera norte con Colombia, y que tiene vínculos con el Frente Oliver Sinisterra, una disidencia de las FARC. Los Chone Killers son el brazo armado de Los Choneros, encargados de ejecutar los asesinatos por encargo. Los Tiguerones son una banda que se dedica a la extorsión y el cobro de vacunas en la provincia de Esmeraldas. Los Latin Kings son una pandilla que se originó en Estados Unidos, y que tiene presencia en varias ciudades de Ecuador.
El crecimiento y la fragmentación de las bandas criminales en Ecuador se ha denominado como el “efecto cucaracha”, que se refiere a la tendencia de que, cuando se enfrentan a la presión de las fuerzas del orden o se produce una intervención en una parte de la banda, sus miembros se dispersan y buscan refugio en diferentes áreas o se ramifican en nuevas actividades ilegales. Este fenómeno ha generado un aumento de la violencia y la inseguridad en el país, que se ha visto afectado por el lucrativo negocio de las drogas.