¿Hamás fue una creación de Israel para enfrentarse a Yasser Arafat?

La relación entre Israel y Hamás, el grupo islámico que controla la Franja de Gaza, ha sido históricamente conflictiva y violenta. Sin embargo, algunos han afirmado que Israel tuvo un papel en la creación de Hamás, con el fin de debilitar a la Organización de Liberación de Palestina (OLP), el principal representante de los palestinos. ¿Qué hay de cierto en esta teoría?

Hamás surgió en 1987, como una rama palestina de los Hermanos Musulmanes de Egipto, una organización islamista que se oponía al régimen secular de Gamal Abdel Nasser. Su fundador fue el jeque Ahmed Yassin, un líder religioso que predicaba la resistencia contra la ocupación israelí de Cisjordania y Gaza, basada en los principios del Corán y la Sharia. Hamás se distanció de la OLP, que lideraba Yasser Arafat, por considerarla demasiado moderada y prooccidental.

Desde sus inicios, Hamás se enfrentó a Israel con ataques suicidas, cohetes y túneles, buscando la liberación de Palestina y la destrucción del Estado judío. Israel, por su parte, respondió con operaciones militares, asesinatos selectivos y bloqueos económicos, tratando de neutralizar a Hamás y defender su seguridad. Ambos bandos se han acusado mutuamente de terrorismo y violaciones de los derechos humanos.

Sin embargo, algunos han sostenido que Israel tuvo una influencia indirecta en el surgimiento de Hamás, al permitir o incluso favorecer sus actividades en los territorios ocupados, con el objetivo de socavar la popularidad y la legitimidad de la OLP. Entre los que han hecho esta afirmación se encuentran el expresidente egipcio Hosni Mubarak, el excongresista estadounidense Ron Paul y el exministro palestino Hassan Asfour.

Estas acusaciones se basan en algunos hechos que sugieren una cierta tolerancia o complicidad de Israel con Hamás en sus primeros años. Por ejemplo, se ha documentado que Israel liberó al jeque Yassin de la cárcel en 1985, como parte de un intercambio de prisioneros con la milicia libanesa Amal.

También se ha señalado que Israel permitió la construcción de mezquitas, escuelas y organizaciones caritativas vinculadas a los Hermanos Musulmanes en Gaza, mientras reprimía a los grupos laicos y nacionalistas. Además, se ha alegado que Israel facilitó el tráfico de armas y dinero hacia Gaza, a través de su aliado Egipto, para alimentar el conflicto interno entre Hamás y la OLP.

Sin embargo, estas afirmaciones no han sido probadas de manera concluyente, y han sido rechazadas por Israel y Hamás, que niegan cualquier tipo de relación o colaboración. Algunos expertos han argumentado que Israel no creó ni apoyó a Hamás, sino que simplemente subestimó su potencial y su amenaza, y que actuó de acuerdo con sus intereses geopolíticos y estratégicos en la región. Otros han sugerido que las acusaciones de una relación entre Israel y Hamás son parte de una campaña de desinformación y propaganda, impulsada por actores políticos o mediáticos, para deslegitimar o demonizar a uno u otro bando.

Lo cierto es que la relación entre Israel y Hamás ha sido marcada por la hostilidad, la desconfianza y la violencia, y que ambos han sufrido las consecuencias de sus acciones y decisiones. La posibilidad de una solución pacífica y duradera al conflicto palestino-israelí parece cada vez más lejana, mientras persisten las divisiones internas entre los palestinos, la ocupación y el bloqueo de Israel, y la injerencia de otros actores regionales e internacionales.

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