Empeorando la congestión vehicular el alcalde “Toño Jara” cierra vías principales para dar preferencia a los negritos
Como si el desorden y la congestión vehicular no fueran un grave problema, el alcalde de la Municipalidad Provincial de Huánuco, Antonio Jara Gallardo, ha ordenado el cierre del tránsito por la cuadra siete del Jirón General Prado y once de Dos de Mayo, para dar preferencia al baile de los negritos. Se han colocado tabladillos metálicos en plena Plaza de Armas, que obstaculizan el tránsito desde el 24 de diciembre del 2023.
Hay derecho a que se practique la danza tradicional de los negritos, (no cultural autóctona) pero no hay derecho a obstaculizar el tránsito vehicular insulsamente. ¿Acaso don “Toño” Jara no recorre la ciudad y comprueba el congestionamiento y caos vehicular que diariamente sufre la colectividad? Pues no, porque está preocupado en los negritos y ahora seguramente, en el carnaval, para figurar. Fiesta, circo y abundante licor, para gastar recursos presupuestales y que el pueblo olvide sus necesidades más apremiantes.
Hay que administrar correctamente el gobierno local, reordenar el tránsito, establecer paraderos oficiales para taxistas, bajajs, y buses de transporte público, para que estos no se detengan a recoger y bajar pasajeros en cualquier lugar, empeorando el desorden del transporte urbano. Hay que redimensionar la cantidad de bajajs en la ciudad, cerrar la autorización de operación de más unidades; y, disponer la prohibición del ingreso de estos vehículos menores a la Plaza Principal.
Existe el derecho al trabajo, pero hay que ejercerlo de manera ordenada, racionalmente, con conductores que tengan licencia de conducir y que sepan respetar las reglas de tránsito; que tengan autorización municipal para operar.
Que los inspectores municipales, hagan una labor efectiva de control del tránsito, sin coimear ni extorsionar a los transportistas. Que demuestren trabajo productivo porque están ganando su sueldo, que el pueblo contribuyente les paga a través de los impuestos y tasas municipales. Que el acalde se “amolde” a las funciones de su cargo y deje de encerrarse en el despacho municipal, al que nadie puede ingresar sin antes haberlo solicitado por escrito. Don “Toño” cree que la municipalidad es su feudo personal.
Y qué dicen los señores regidores fiscalizadores. ¿Porqué no cumplen su labor de fiscalización al ejecutivo municipal, conforme a las atribuciones que les confiere la Ley Orgánica de Municipalidades? Es evidente que a este nivel también existe incapacidad o existe complicidad en el desgobierno municipal. Ninguno de los fiscalizadores han mencionado la posibilidad de una vacancia del alcalde por incapacidad moral y de gestión.